¿MÉXICO TENDRÁ UN PRESIDENTE ENFERMO DE LA MENTE?
Psicoanálisis de López Obrador
Ojalá las siguientes líneas le abran los ojos a Andrés Manuel López Obrador, porque es evidente que nadie le ha hecho notar que carga con problemas muy graves. No puede ser Presidente de la República, se lo impiden, de manera contundente, los problemas psicológicos que lleva a cuestas; me explico: padece de Paranoia y de Epilepsia Mental, además de otros problemas personales que lo inhabilitan, como veremos a continuación.
La Paranoia
La paranoia está determinada por dos ingredientes fundamentales, el delirio de grandeza y el delirio de persecución; la psiquiatría distingue en la misma además el error de juicio (predominio en la interpretación de signos) y una agresividad reivindicadora con respecto a los otros.
La idea del complot cada vez que López Obrador califica los sucesos políticos que pueden afectarle es, evidentemente, un componente de su delirio de persecución: “acusan a los demás de corruptos porque quieren acabar conmigo”, “se confabulan exhibiendo a los delincuentes porque quieren acabar con mi carrera”, “los empresarios hicieron el complot para no dejarme llegar a la presidencia”, “las televisoras se confabularon para que yo no ganara”, “sonaron las campanas en catedral porque la mafia política quiere acabar conmigo”.
Pero, ¿quiénes quieren acabar con él?
Comenzó señalando al “innombrable”.
Nunca ha explicado de manera coherente porqué le llama así a Carlos Salinas de Gortari; ¿Por qué no quiere o no lo puede nombrar? ¿Qué problema personal se lo impide?
Queda clara la identificación de Salinas con el padre, en el inconsciente de López Obrador, si recordamos la interpretación de Freud sobre el caso de Schreber: “la paranoia de Schreber era un intento por superar el complejo paterno, especialmente el componente homosexual pasivo”, se cae en la paranoia como defensa contra la homosexualidad, “yo no lo amo, lo odio”, que luego se convierte en autodefensa: “me odia”; “de este modo, su propio odio es relacionado con este contenido: le odio porque me persigue”. “La persecución transformada en una temible amenaza representa la tentación homosexual, que actúa independientemente de la voluntad del paciente”.
Andrés Manuel ha mitificado inconscientemente de tal manera la figura de Salinas de Gortari, le ha conferido tal capacidad de maniobra, tal poder: “es el innombrable, el non plus ultra, nadie puede más que él, quiere acabar conmigo (miedo a la castración)”, que queda clara la figura patológica, el delirio de persecución solamente escondido para el que lo padece. Salinas fue además, en una época, jefe de López Obrador; más que eso, jefe de sus jefes, “el jefe supremo”, la figura ideal para identificar con el padre, en este caso con el padre malo.
A Felipe Calderón lo llama “el pelele”; tampoco lo puede nombrar, el caso es equiparable al de Salinas de Gortari, ocupa precisamente el mismo cargo que tenía Salinas y “que le arrebató” a él, y se aplica el mismo análisis en consecuencia.
El otro síntoma de la paranoia, el delirio de grandeza, no requiere de mucha explicación: “México necesita a López Obrador, si no, el país se va a ir a la ruina, viene el caos”, “la única esperanza para que esta nación se salve es Andrés Manuel”, todos los demás, si están en su contra, forman parte del complot: Creel, Fox, la CIA, la DEA, Diego, Cuauhtémoc, Rosario, Ahumada, Calderón, Azcárraga…
Con esa lógica, la gente actúa no en base a sus propias cualidades y debilidades, el país ha ido hacia adelante o hacia atrás no debido a ingredientes generales de tipo económico, político, social y otros, sino porque “quieren acabar con Andrés Manuel”, ¿por qué?, porque saben que Andrés Manuel es el “rayito de esperanza”, “el que acabará con los malos y hará que prevalezca el bien”, “el salvador de la patria”, en otras palabras: el predestinado.
Queda más que claro el delirio de grandeza.
Los anteriores delirios, sumados, nos permiten diagnosticarle paranoia.
AMLO ofende al verdadero Mesías y a los católicos diciendo que "Jesús Eucaristía es un pan de superstición y mentira", y que él es quien alimentará al pueblo con otro pan; da a entender que somos estúpidos e incultos como es AMLO, pues dice que nos han engañado haciéndonos creer que Jesús no es el Pan Celestial, ignora que verdaderamente Jesús es el Pan Celestial que nos alimenta para tener vida eterna.
La Epilepsia Mental
La epilepsia puede darse de dos maneras: motora, que es la más evidente porque el cuerpo se convulsiona y mental que sólo se percibe cuando se conoce el cuadro clínico que la determina.
Según un magnífico psicoanalista, Otto Fenichel, “con lo que mejor se puede comparar un ataque epiléptico es con la crisis afectiva”, para efectos de explicarlo y éste se produce “solamente en personalidades orgánicamente predispuestas”, tales individuos son propensos a reaccionar a ciertos capta el encefalograma y provocan descargas explosivas y convulsivas.
En la mayor parte de sus conferencias matutinas de prensa cuando era jefe de gobierno, Andrés Manuel mostraba claras lagunas mentales al dirigirse a su auditorio, decía algunas palabras y su mente se quedaba en blanco hasta que volvía a pronunciar palabras que completaban (o pretendían hacerlo así) su idea; él lo explicaba aduciendo que “tenía que hablar despacito” para expresarse mejor, para no equivocarse, pero entonces basta que uno se pregunte ¿Por qué todos los demás no padecen esos espacios verbales? ¿Por qué los demás hablan “de manera normal”? para intuir que hay algún problema; tal vez nadie se lo haya dicho a Andrés Manuel pero su enfermedad se llama “Epilepsia Mental” y la padece debido a que es más sensible orgánicamente a las presiones externas; es su manera de reaccionar a las presiones de la carga de trabajo, a sus problemas emocionales, familiares, laborales, de corrupción y excesos de colaboradores. Hay personas que ante las mismas presiones comienzan a sudarles las manos, tartamudean, se exasperan y gritan, se enojan, sobre reaccionan; de este punto se pasa a la verborrea incontenible, sin razonamientos, con exposiciones casi a gritos, que es lo que actualmente sucede a López Obrador.
Queda clarísimo el cuadro de epilepsia mental en el ex candidato.
Hay más
El organismo de Andrés Manuel reacciona con epilepsia mental, además de otro mecanismo de defensa que se llama “de negación”; basta con negar o no reconocer los problemas para que queden eliminados.
Pero es evidente que esa es la manera errónea de responder a los problemas.
La personalidad adecuada para manejar una empresa, un país o un partido es la que reacciona con calma a las situaciones inesperadas; en las clínicas de la conducta, uno de los tests que se hacen a posibles ejecutivos es precisamente para saber cómo reaccionarán ante lo inesperado.
La reacción de López Obrador ante lo inesperado es siempre errónea, negativa.
Por otra parte, López Obrador corrigió uno de sus graves defectos: decía “fuistes, llegastes, entrastes”, con la “ese” al final de tales palabras. Se lo hicieron notar, lo corrigió y nadie, ni él, le dio la debida importancia.
Pero el problema es grave porque refleja una profunda incultura, peor que eso, una gran ignorancia. Lo primero que denota es que se trata de un individuo que no lee, que nunca adquirió el hábito de la lectura; los errores gramaticales se van acumulando desde la niñez porque los padres nunca motivaron al niño. Lo segundo es que generalmente se trata de personas que si estudiaron alguna carrera es de tipo técnico (contabilidad, administración, medicina, ingeniería) y descuidaron el aspecto humanístico que para proporcionar cultura depende en gran medida de haber sido motivados desde niños al hábito de la lectura y, desde luego, de la formación académica.
Lo grave en este caso es que se trata de un hombre que quiere ser Presidente de la República y queda claro que no es apto para tal puesto.
La paranoia no es curable, la epilepsia mental es controlable a base de medicamentos, la reacción negativa a las situaciones inesperadas y el mecanismo de “negación” como defensa requieren muchos años de tratamiento psicoanalítico para solucionarse a la edad que tiene Andrés Manuel.
Pero la ignorancia, la falta de cultura, formadas desde la infancia, han sido asimiladas y construidas a todo lo largo de su vida y en consecuencia requerirían de otra vida para cambiar su personalidad deficiente.
En otras palabras, Andrés Manuel no tiene cura, tendría que volver a nacer para poder cambiar.
SE CONFIRMA QUE LÓPEZ OBRADOR, COMO MASÓN, BUSCA EL COMUNISMO PARA MÉXICO, PORQUE LOS DICTADORES SON ENFERMOS ESQUISOFRÉNICOS. SU IDEOLOGÍA NUNCA HA CAMBIADO DESDE SU PRIMER CAMPAÑA, OPUESTO A LA LEY DE DIOS, ENEMIGO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE Y DE JESUCRISTO. AUNQUE LA IGLESIA CATÓLICA ESTÁ INFILTRADA CONFORME A LO PROFETIZADO EN APOC. 13,11, RESURGIRÁ LLENA DE SANTIDAD Y DE LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO. DE HECHO, "FRANCISCO" TIENE EL MISMO TIPO DE CARÁCTER Y TAMBIÉN ES MASÓN DE LA "ORDO TEMPLI ORIENTIS" Y DE LA RAMA SECTARIA DE LOS ROTARIOS.
AMLO contra le Ley de Dios conforme a la agenda judoga de Satanás
AMLO CON ESTANDARTE MASÓNICO ATACA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Así son de crueles, dementes y asesinos los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, quemaron vivo a un disidente por ser del PAN; lo rociaron de gasolina y le prendieron fuego, gritaban de contento y todavía lo tomaron en sus celulares. Los "comunistas y masones" son así, quedan poseídos por demonios desde sus 'ritos de iniciación en las logias',pierden toda Gracia Divina y entran demonios en ellos, pues les hacen "pases por el fuego", bautizos en el "mar de bronce" donde los herreros derramaban desechos e hicieron morir toda vida en el mar; que hace cesar la Gracia del Sacramento del Bautismo -Yahvé-Dios prohibió "pasar por el fuego a los hijos u ofrecerlos al demonio Moloch-; y al pasarlos por "El Valle de los muertos" con su triple viento infernal, cesa la Gracia del Sacramento de la Confirmación. Todos sus ritos masónicos y de otras sectas hacen cesar las Gracias que confieren los Sacramentos. Los compromisos de López Obrador son con "el comunismo y la masonería". El primero tiene por finalidad "negar la existencia de Dios"; y la masonería el de "blasfemar el Nombre Santo de Dios", lo mismo que hace Jorge Mario Bergoglio, alias "papa Francisco", masón, rotario y sionista.
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E-mail: Miguel Schammuel ejercito.mariano.mundial@gmail.com