29.09.2016
Muy enojado
está López Obrador porque The Wall Street Journal develó
mundialmente lo que ya sabíamos en México: esconde sus ingresos.
Por eso no quiere debatir sobre corrupción y prefiere lanzar insultos desde la barrera.
Aquí en EL FINANCIERO publicamos –16 de agosto– la existencia de esos bienes
que no declaró en su 3de3 ni dijo de qué vivió entre 2005 y 2015.
Compró un departamento cuando era jefe de Gobierno. Muy bien. Tenía trabajo.
Pero no lo declaró en su 3de3.
Ni el WSJ ni nadie ha dicho que sea millonario,
simplemente se documenta que falta a la verdad a la hora de hablar de bienes y
de ingresos.
Se nos quiere presentar como un San Francisco de Asís, y no lo es.
Ya lo sabía México y ahora lo sabe buena parte del mundo.
Cuando Enrique Ochoa, presidente del PRI, lo retó a debatir sobre corrupción,
extrañamente López Obrador dijo que no, cuando tenía para darse un banquete con
el dirigente de un partido que tiene una larga cola que le pisen.
Sin embargo, AMLO se rajó. No quiso. ¿Por qué?
Porque tenía esqueletos en el clóset.
Esos dos departamentos que dice que no son de él, sí son de él.
No tiene nada de malo que los tenga, el problema es que lo oculte para decirle
México que carece de bienes.
Le da miedo explicar públicamente de qué vivió durante casi una década, en la
que no tuvo ingresos.
Nadie puede vivir del aire. ¿Quién era su mecenas, tutor o padrino? También eso
lo quiere ocultar.
Él decía que “la gente” le daba dinero y vivía con 50 mil pesos mensuales y ni
un centavo más.
Falso por partida doble. Con 50 mil pesos al mes no le alcanza para alimentar y
vestir a una familia, pagar prediales (en plural), luz, gas, teléfonos
celulares, gastos médicos, comprar camionetas Suburban, en las que se mueve en
sus recorridos terrestres.
Además viaja todas las semanas en avión, paga hoteles, comidas, más traslados
en provincia. Va al extranjero, asiste a espectáculos.
Todo eso no se puede hacer con 50 mil pesos al mes. De algún lado sale el
dinero y eso es lo que oculta. Tiene un patrocinador, o varios, que le dan
dinero, pues éste no se siembra en macetas.
Aun en el caso de que en esa década, en que no tuvo trabajo remunerado, haya
vivido de un padrino o mecenas que le daba 50 mil pesos al mes, ¿dónde están
sus declaraciones de impuestos?
En México el salario mensual promedio es de siete mil 500 pesos. Los que ganan
50 mil pesos al mes son muy pocos en el país. Diga lo que diga, es un
privilegiado y qué bueno que viva bien.
Pero, ¿dónde está su declaración de impuestos en esos diez años en que alguien
le dio 50 mil pesos al mes?
Todo ingreso causa impuestos. A ver, que enseñe sus declaraciones fiscales por
esos 50 mil pesos que recibía al mes desde que dejó la jefatura de Gobierno del
DF, en 2005, a noviembre de 2015, mes en que asumió la presidencia de Morena y
al fin obtuvo un salario.
No lo va a hacer, porque no puede. Por eso está enojado: fue pillado y
exhibido.
Twitter: @PabloHiriart
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/amlo-pillado-y-exhibido.html